Gabriel, con una extraña sonrisa en el rostro, comenzó a caminar por todo el salón Celestial, seguida por cuatro guardas que seguían cada paso que ella daba.
-Disculpe madame, Padre la espera en el salón principal, por favor síganos y...
- ¿Padre? ¿En serio creen que ese cerdo está esperándome? ¡HA!, incrédulos. Iré a verlo, eventualmente, por ahora quiero ver este lugar que el mismo se ha construido.
Fue la respuesta que Gabriel le dio, la cual sin duda causó que los cuatro guardas se mantuvieron en silencio y se dedicaran únicamente a seguirla.
“Gabriel” por su parte comenzó hablando mientras caminaba por el lugar, ensuciando todo con su ropa algo rota y empolvada.
-Vaya, vaya. Mientras yo pasé encerrado cientos de años en un sucio contenedor, este desgraciado se ha dado la gran vida a costa nuestra. Todos nuestros queridos hijos, nuestras ideas, creaciones... TODO lo tomó para sí mismo... Cerdo engreído y ladrón... HEY, ustedes, guienme con su querido “Padre”; ciertamente me siento con ganas de hablarle en este momento.
Los cuatro guardas la guiaron en silencio hasta llegar al Salón Principal, frente a ellos, un cuarto probablemente de treinta metros de alto, cuyas paredes se encontraban llenas de libreros y escaleras para alcanzarlo, multitud de mesas con libros en ellas abiertos, con apuntes y marcadores. El techo de cristal, dejando entras ya fuese la luz de la luna, o lo radiante del sol, o bien, múltiples candelabros que mantenían el lugar iluminado en las noches más oscuras.
Al entrar, uno de los guardas procede a anunciar a la visitante.
-Padre, su hija Gabriel ha regresado al haber completado su misión de acabar con Abharos, el ángel caído que amenazaba con destruir su creación- terminaba de decir el joven soldado, para que Gabriel lo empujara a un lado y decidiera entrar al salon por sus propios méritos.
-¡Woah! ¡Miren todo esto!- gritó ella -parece que alguien ha pasado los últimos cientos de años convirtiéndose en un erudito, quién diría que hasta un ser tan inútil e innecesario como tú sería capaz de convertirse en alguien un poco mejor, quiero decir, por lo menos ahora puedes leer y sabes algunas cosas más, sin embargo, sigues siendo incapaz de crear vida, ¿no es así?
-Oh eres tú, para este momento esperaría que la persona de Gabriel hubiese tomado control por completo de ese cuerpo, sin embargo parece que es más débil de lo que pensé.- Responde una figura en lo profundo de lo habitación.
Deja el libro que está en sus manos, el cual inmediatamente procede a flotar a su alrededor. Toma una vara que igualmente flotaba a sus alrededores, y comienza a acercarse lentamente a Gabriel.
-Sigues siendo el mismo bruto que recuerdo, siempre rodeado de animales salvajes, siempre luchando, ¡siempre siendo no más que un simple y primitivo animal! - dice el hombre, y al decir la última palabra, del suelo donde se encontraba Gabriel de pie aparece una estructura metálica formada de diferentes hilos metálicos que la atrapan he inmovilizan.
-Yo te quise dar una oportunidad, te saqué de ese sucio laboratorio, te di un cuerpo y una misión, pensé que así podrías valorar las cosas que he hecho por ti, pero al regresar solamente te enfocas en insultarme, sin duda un perro viejo no aprende nuevos trucos, ¿O sería una serpiente vieja y sin piel ni dientes? Dime Quetzacoatl, ¿vale la pena morder la mano que te alimenta?- Termina su oración, mientras pone su vara contra el cuello de Gabriel, con su mirada fija en ella.
-Hace tanto tiempo que no escuchaba ese nombre, y honestamente no esperaba escucharlo de ti “Padre”, “Creador”, ¿qué otros nombres ridículos usan tus esclavos para llamarte? ¿Acaso alguno te llama Aldhafor? ¿o ya te has olvidado de tu propio nombre?
Aldhafor aleja su bastón del cuello de Gabriel, el cual regresa a flotar alrededor de su cuerpo, Gabriel, sin embargo, no ha terminado de hablar.
-A tu pregunta, vale la pena cada minuto que tenga para poder luchar contra alguien, más alguien que me quito todo lo que tenía.
Ambos se mantienen en silencio por un tiempo, el cual es nuevamente interrumpido por Gabriel.
-Sin importar cuánto odio sienta por ti, teníamos un trato, y no quiero perjudicar la vida de esta Joven.
Abharos fue completamente eliminado, su cuerpo finalmente se desvaneció y su alma regresó al ciclo de la reencarnación como fue previsto.
Le di su espada a uno de tus esclavos para que la guarde en una de tus bóvedas como así lo pediste, aún contiene miles de almas que capturó a lo largo de los años, por lo que asumo que sera muy util en tus famosos experimentos.
-¿Y qué pasó con el chico que tenía el espíritu de Ashra en su interior?- Interrumpe Aldhafor.
-Su nombre es Barook- dice Gabriel cambiando completamente su tono de voz.
Aldhafor regresa su mirada rápidamente al cuerpo inmovilizado de Gabriel.
-Esto es ciertamente un evento que no calcule que fuese posible que pasara....
Lentamente se acerca, y con su mano toca el rostro de Gabriel.
-¿Celisthia?
Por:Argen
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